¿Quién es Jesucristo?

Nosotros en Gracia y Verdad predicamos acerca de Jesucristo, oramos en el nombre de Jesucristo, cantamos a Jesucristo, servimos por amor a Jesucristo y vivimos por Jesucristo.

Todo lo que somos y hacemos es por Jesucristo y en Jesucristo. Así que debes estar preguntándote ¿Y quién es Jesucristo? Nos alegra que lo preguntes. Jesucristo es la persona más extraordinaria de la historia de la humanidad. Es de quien se han escrito más libros y se han cantado más canciones. Es quien ha definido las eras del tiempo. Ahora bien, no es lo mismo saber quién es Jesucristo que conocer a Jesucristo. En Gracia & Verdad queremos que tú conozcas quien es Jesucristo y que llegues a tener una relación personal con El. Jesucristo es la Segunda Persona del Dios Eterno hecho hombre. Él es el Alfa y la Omega, el principio y el fin de todas las cosas. Él es el Salvador del mundo.

¿Pero que es el evangelio?

En pocas palabras, es el plan de Dios para salvarnos. La palabra evangelio viene del vocablo griego que significa “buenas noticias”. Pero esta buena noticia empieza con una mala noticia: somos pecadores y hemos rechazado abiertamente los mandamientos de Dios y la consecuencia de esta desobediencia es el castigo eterno y la eterna separación de Él. Y peor, por efecto del pecado en nosotros el hombre no puede ni quiere buscar a Dios. En vista de esta miserable situación del humano y que la justicia de Dios no le permite sencillamente olvidar todas nuestras desobediencias a Su ley, El mismo se hizo hombre, naciendo en un momento de la historia, en un lugar sin importancia del Medio Oriente y vivió una vida perfecta, por lo que no merecía recibir el castigo ni morir. Sin embargo así sucedió. Dios cargo en Él el pecado de todos nosotros, la ira de Dios que nos tocaba a ti y a mí de manera que por medio de la fe y el arrepentimiento en Él podamos recibir toda la justicia de Él y Él recibir toda nuestra pecaminosidad. Por medio de este acto Dios nos ve EN JESUCRISTO como perfectamente justos y santos y de esta manera podemos estar con Él y gozarnos en Su presencia por la eternidad. La respuesta natural de nuestra parte a esta verdad es una vida dedicada a proclamar y bendecir Su nombre.